lunes, 24 de febrero de 2014

Todo lo que sé de la vida


Soy un bar de dudas.

Lo único que sé de la felicidad
es que no está hecha para mi.

Que para ser feliz debería quererme más
y amarte menos.

Que debería dejar de recordarte
y de escribirte.

Y de beberte.

No pienses que recuerdo
nuestras grandes noches,
qué también,
pero realmente, lo que sé de la vida,
lo poco que sé,
es que me encantaba el aroma del café
que preparabas por las mañanas,
el despertarme contigo
y pasarte la pierna
por encima de tu cuerpo caliente,
el ver cómo me sonreías
mientras hacíamos el amor.

Eso es de lo poco que estoy convencido
que me hacía feliz.

Temo que tu marcha
haya significado quedarte para siempre,
y eso me asusta.

Me siento como un kamikaze
imaginando cómo sería
conducir por tus curvas
y derrapar por tus muslos
para terminar aparcando en tu boca,
para que me comas cada uno de mis miedos.

Eso sí que sería jugarse la muerte.

Que tú seas mi putada definitiva
me encantaría, pero si es conmigo.

En fin, todo lo que sé de la vida es
que sin ti es una mierda.

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