miércoles, 4 de junio de 2014

Notas de diario de un nostálgico reincidente

Prometí olvidarte:
Lo sé, lo prometí como el alcohólico arrepentido
que promete no beber nunca más.
Lo hice cerrando el puño
y dándome golpecitos en el corazón
pensando que sería lo mejor.

Pero ya ves.

No.

Aquí estoy,
demasiado tiempo después,
entre libretas inundadas de notas,
hojas mamarracheadas,
libros subrayados,
entre canciones que me prohibí escuchar,
recuerdos y dudas que me asaltan.

Pero ni rastro de olvidarte.

Debe ser verano en tu cuerpo
y yo estaría mirándote de reojo,
con mis gafas de Sol de mirar sin ser visto,
cómo tomas el Sol en la playa
y tú con una teta queriendo escapar
de esa cárcel llamada bikini.

Parece primavera fuera de esta casa
y las flores me deprimen
porqué la primavera
sino nace de entre tus piernas
me parece una broma pesada.

Y sin duda es invierno en mi cuerpo
y los recuerdos me invitan
a acurrucarme contigo.

Los recuerdos son caer,
como Yves Klein y su salto al vacío.

Y esta caída se está haciendo larga.

Aún recuerdo las madrugadas frías en el coche yendo sin rumbo, al infinito más próximo, para encontrarnos.

Me acuerdo de nuestras mañanas de resaca. Y de las de periódico, cerveza y aceitunas.

Me acuerdo de cuando salíamos de fiesta y volvíamos a las tantas descalzos y borrachos de amor.

Me acuerdo cuando aquella noche me dijiste que eras "mi jodida historia de amor".

Me acuerdo de preguntarme qué maldito Miquel Ángelo te ingenió. Qué genio te planeó.

Me acuerdo de tu brillo. De ese brillo que tienen las cosas recién hechas.

Me acuerdo que me dijiste que me querías dar experiencias, no recuerdos.

Y me acuerdo de que al final somos eso:
malditos recuerdos.

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