miércoles, 30 de julio de 2014

Aún (te) extraño

De repente me vi pidiendo un taxi,
levantando la mano, como tú lo hacías.
Tú parabas todo el tráfico
y en cambio el taxista desconfía de mí,
será mi cara de echarte de menos,
la peor de todas,
y me pregunta si tengo dinero,

- Mi madre me dijo que preguntar eso es de mala educación.

Le digo del tirón.

Él calla y veo sus ojos bailándole las dudas
mirándome de reojo por el retrovisor.

- ¿A dónde le llevo?

Un viaje rumbo a la nostalgia quisiera decirle.
Pero tal vez no saliese vivo de otro de esos.

Las heridas, a estas alturas, ya no son medallas,
ni si quiera experiencias,
ni si quiera vivencias.

Suena un réquiem en la radio.

Tal vez sea mi réquiem.
Ya son tantos...
(el de nosotros,
el de tus gemidos,
el de tus te quiero...)
que me hago un lío.

Ojalá pudiese decir
que eres lo más bonito que me ha pasado
factura.

Pero el precio ha sido demasiado alto,
y nunca supe si podría pagarlo.

Como este viaje en taxi.

Ni si quiera tu último adiós
pude maquillarlo de hasta luego
de lo amargo que fue
aquel día,
en aquel momento
surgido de lo inesperado.

Ojalá pudiese volver a aquel instante
en el que me vi tan cerca de la muerte
que me sentí más vivo que nunca.

- ¿Oye, a dónde va?

Al día menos pensado.