martes, 9 de junio de 2015

Violento amor

SUCH

Qué bien cuando viene la calma,
que todo se asienta.

Como cuando calzas con un cartonzillo
una mesa coja,
como el cigarro de después,
como cuando la marea
ya no arrastra.

Qué tranquilidad,
y qué azules esos ojos,
en los que dan ganas de zambullirse
en ese mar que llevas,
de no salir
y terminar arrugado
como un garbanzo.

Y qué jodido
que mi vida
tienda al caos
y no tus culottes
en el balcón de tu casa.

Que lástima que al final,
siempre hay un silencio...


( S i l e n c i o )


que deriva en caos.

Que siempre pasa,
por encima,
que todo se rompe,
  r 
    e  v
  i   e   n  t
     a,
se destruye
y vivir de nuevo
un Hiroshima
sentimental.

Que a cada paso,
más lejos de ti;
y a cada beso,
más seguro.

Qué lástima que tus besos
no busquen lo mismo que los míos
y todo termine
estallando
por los aires
y tú
siendo astilla
en mi pecho.

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