lunes, 3 de febrero de 2014

Ensoñaciones de una noche de insomnio



Ahora siento las inseguridades

de aquellos que viven por si acaso.

"¿Eliges vivir o recordar?" me dices.

Te elijo a ti.

Y que se mueran todos los versos
que no has leído. Todos.
Y que vuelva el vértigo que siento
cada vez que pienso en el suicidio
como una forma más de viajar
y sueño que tú me coges de la cintura
y me abrazas fuerte,
como si fuese el mayor atrevimiento
de este mundo.

Que ardan todas las sábanas
que aún no hayamos manchado
y que me mires
con tus ojos de querer morderme
y que el silencio
se convierta en nuestro aliado.

Que no tenga que recurrir a ese lugar
tan jodido de la memoria
llamado recuerdo para tener que verte.

Que me abras tus sentimientos
por las noches, encima de la cama
y me enseñes tu cuerpo
con vistas a la primavera.

He estado tanto tiempo esperando
a que pare de llover
que ya no sé que es no resbalarse
por las aceras.

Hagamos que mis deseos empiecen
en tu sonrisa
y que los tuyos terminen en mis manos;
que esas cuatro paredes
que no conozco
guarden los recuerdos más intensos
de nuestras vidas
y nos perdamos entre el eco.

Y del futuro ya nos ocuparemos en otro momento.

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