miércoles, 22 de enero de 2014

Si no probase tus labios nunca sería

Ya sabes, querida,
cuando estamos acostados en la cama
el amor me sabe a coño,
tus gemidos me parecen música
y los besos la droga más dura.
A mi los caminos no me llevan a Roma
sino que van directos a tu entrepierna.
Hoy llevo dos ‘te quieros’
y tantas mentiras
como copas bebidas,
y ya he perdido la cuenta de ambas.
Cómo decirte que mañana,
que ya no estarás,
me sobrará cama y me faltarán besos.
Que la vida me pasará a una hora por segundo
y que dormir no dependerá
del cansancio por el sexo
sino de las farmacias de guardia.
Que si no estás hasta el mismo verano
me sabe a copa aguada
y a beso de despedida.
Que mañana ya no habrá nadie
que me desnude los miedos y las penas
que llevo por autovías directas al pecho.
Hoy tengo la cama revuelta
y también el corazón,
así que coge esa bala, apunta al pecho
y ahórrame sufrimiento.
Espero que sepas dónde lo tengo,
porqué sólo vas a tener una oportunidad.

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